Pomelo

El pomelo prefiere un clima subtropical; aunque crece en temperaturas más reducidas, el ciclo madurativo de la fruta se prolonga hasta el doble (13 meses frente a los 7 que requiere en las regiones próximas al trópico) y adquiere una cáscara más gruesa y mayor acidez. La humedad también influye; la pluviosidad óptima ronda los 1000 mm anuales, distribuidos regularmente a lo largo del año. El árbol es neutrófilo, aunque tolera bastante bien las condiciones del suelo; en caso de injertarse sobre la base de otro cítrico, serán las propiedades de éste las que determinen el suelo ideal. Una salinidad elevada perjudica la producción de fruta al reducir el volumen de agua capturado por la planta. El exceso de nitrógeno o el exceso de cobre o zinc son también perniciosos.

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